qué significa judas

Descubre el verdadero significado de Judas en la Biblia y su origen

Este es un nombre de origen bíblico. En el momento en que Lía, la esposa de Jacob, tuvo su cuarta descendencia, Judá, ella expresó una alabanza a Dios. Esta tribu fue la más fuerte dentro del pueblo hebreo gracias al nombre que le dieron. En la Sagrada Escritura, encontramos a varios personajes llamados Judas, entre ellos está Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús.

Procedencia del nombre Judas

Judas es la traducción helena de la palabra Judá, que en hebreo significa Jehová alabado. Esta palabra proviene del Libro del Génesis, en el que una mujer que daba a luz dijo que dedicaría a su hijo al Señor, por lo que lo llamó así.

El término original era utilizado por los Israelitas para referirse a una de las ciudades más importantes de la época. Judá era uno de los hijos de Jacob y, por lo tanto, era pariente de Isaac y Abraham.

De esta linea de ancestros surgió la tribu de Judá, una agrupación de familias que se volvieron poderosas y reconocidas. Con el paso del tiempo, la población aumentó significativamente y se convirtió en una gran urbe.

Reivindicación de Judaseditar

Durante los siglos XIX y XX, ciertos escritores se aventuraron a reflexionar sobre la figura de Judas, ya sea por un reto mental, motivos filosóficos o por una convicción genuina. Ferdinando Petruccelli della Gattina, en su controvertida obra "Las Memorias de Judas" (1867), retrata al apóstol como un revolucionario y líder de la rebelión judía contra el imperio romano.

Posteriormente, en 1944, Jorge Luis Borges publica el cuento "Tres versiones de Judas", donde un teólogo presenta tres interpretaciones poco convencionales del personaje, para finalmente quedar convencido de su última teoría: Dios no se encarnó en Cristo.

En el año 2006, esta visión positiva de Judas se fortalece con la publicación de la traducción del "Evangelio de Judas", un texto gnóstico del siglo II. Según este documento, Jesucristo mismo pidió a Judas que lo traicionara, y este obedeció como un acto supremo de lealtad. Para los gnósticos, esta traición era considerada sagrada ya que ayudaba a liberar el Espíritu Santo de Cristo de su cuerpo físico.

En 2007, el escritor C. K. Stead se basa en el "Evangelio de Judas" para publicar su novela "Mi nombre fue Judas", en la cual el protagonista, ya en su ancianidad, relata su amistad con Jesús desde su infancia, cuando compartían el mismo maestro, hasta la muerte de este último.

En la Bibliaeditar

Judas, uno de los escogidos de Jesús, acabó convirtiéndose en su traidor. Aunque no se sabe cuándo se unió a los demás apóstoles, el Evangelio de Juan menciona un hecho importante que podría haber sido el inicio de su felonía: Judas era el responsable del dinero y según se afirma, se quedaba con parte de lo destinado a los más necesitados (Juan 12:6).

Los cuatro evangelios canónicos coinciden en que Judas guió a los guardias que detuvieron a Jesús y les indicó quién era besándolo (Marcos 14:43-46). A cambio de su traición, recibió treinta monedas de plata (Mateo 26:15). Sin embargo, existe una diversidad de opiniones respecto al tipo de moneda que recibió. Algunos, como Donald Wiseman, sugieren que podrían haber sido siclos de Tiro o estateros de Antioquía con el rostro de César Augusto (11).

Según la tradición y las leyes judías, así como las normas romanas...

Después de darse cuenta de su error, Judas quiso devolver el dinero a los sacerdotes que se lo habían dado, pero ellos se negaron a aceptarlo. Desesperado y lleno de culpa por su traición, se quitó la vida ahorcándose en un árbol (Mateo 27:5) en algún momento entre los años 29 y 33.

Otra versión cuenta que, con el dinero obtenido de su traición, Judas compró un campo que acabó siendo conocido como "Campo de Sangre" o Aceldama en su lengua. Según hechos 1:18, mientras inspeccionaba el campo, cayó y sus entrañas se derramaron, lo que fue considerado como el castigo divino por su acto traidor.

Evangelios apócrifoseditar

Diversas versiones alternativas de los relatos y enseñanzas de Jesús no fueron aceptadas por las primeras comunidades cristianas o no se difundieron entre ellas. De manera similar, surgieron la necesidad de complementar, explicar o interpretar los escritos evangélicos recibidos. Estos textos son conocidos como evangelios apócrifos, término que en un principio se refiere a su carácter secreto y luego adquirió connotaciones de falsedad. A pesar de su relativo contenido histórico, estudios recientes encuentran en ellos valiosos datos y los consideran como testimonios de las primeras creencias cristianas.



La figura de Judas suscitó gran interés entre los redactores de los evangelios apócrifos. Por un lado, despertaba curiosidad como personaje elegido por Jesucristo y luego convertido en traidor. Por otro lado, para ciertos grupos como los gnósticos, que defendían un cristianismo esotérico, Judas tenía un significado simbólico más profundo más allá de sus acciones. Por ejemplo, los cainitas, cuyos textos no han sobrevivido, creían que Judas era un medio de la Sabiduría Divina y su traición era una victoria sobre el mundo material.



No es descartable que el Evangelio de Judas fuera uno de los textos principales de los cainitas. Hasta el siglo XX, este escrito solo era conocido por referencias de los Padres de la Iglesia, especialmente Irineo de Lyon (del final del siglo II) y Epifanio de Salamina (quien lo atribuye explícitamente a la secta cainita), quienes lo consideraban falso.

Muerte de Judaseditar

En relación a la muerte de Judas, se han generado diversas interpretaciones debido a la discrepancia en los relatos. Mientras que el Evangelio de Mateo menciona que simplemente "fue y se ahorcó", el libro de los Hechos de los Apóstoles describe más detalladamente que "adquirió un campo del salario de su iniquidad, cayó de cabeza y todas sus entrañas se derramaron". Una forma de conciliar ambos textos es con la teoría de que la cuerda se rompió cuando Judas se colgó, causando su muerte por impacto.

Sin embargo, el Corán niega la crucifixión de Jesús de Nazaret y el islam sostiene que Alá no permitiría una muerte tan deshonrosa para un profeta tan reverenciado. Por lo tanto, los musulmanes creen que los judíos crucificaron a alguien que se parecía a Jesús, posiblemente Simón de Cirene o incluso Judas Iscariote. Esta muerte, aparentemente singular, ha dado lugar a múltiples controversias y debates basados principalmente en las distintas traducciones de los textos que la relatan.

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