Por Qué Los Musulmanes No Comen Cerdo
Existen diferentes formas de clasificar a las personas en relación al cerdo. Este animal puede ser considerado sagrado o prohibido dependiendo de las culturas. ¿Alguna vez te has preguntado por qué los musulmanes y judíos evitan consumirlo? Para ahondar en esta cuestión, podemos abordar la perspectiva antropológica de Marvin Harris, un investigador estadounidense que explora las posibles razones detrás del tabú religioso que prohíbe la carne de cerdo en estas dos religiones. A través de su obra "Vacas, cerdos, guerras y brujas", Harris se cuestiona sobre el hecho de que una misma especie animal pueda ser rechazada por unos pueblos mientras es venerada por otros, investigando los patrones alimenticios aparentemente insólitos de distintas comunidades.
Motivos subyacentes de la restricción del consumo de carne porcina
La prohibición de consumir carne de cerdo es una de las prácticas más conocidas dentro de la religión musulmana. Esta costumbre se fundamenta en varias razones religiosas, culturales y tradicionales. Exploraremos estas razones detalladamente en esta sección.
La prohibición de consumir carne de cerdo se menciona en el libro santo del Corán, donde se establece que Allah ha prohibido a los creyentes ingerir dicha carne. Asimismo, en diversos versos se hace referencia a que los cerdos son animales impuros y sucios, y que su carne es considerada como «haram», es decir, prohibida. Esta prohibición también se extiende a otros animales que son considerados impuros, como los monos.
A su vez, la prohibición de consumir carne de cerdo también está presente en otras religiones. Por ejemplo, en la Biblia también se menciona que los cerdos son animales impuros y que no deben ser consumidos.
Raíces de la proscripción
El judaísmo, una de las religiones más antiguas del Medio Oriente, es la primera en considerar al cerdo como un animal impuro en el Libro del Génesis y del Levítico. Más tarde, el profeta Mahoma también señala al cerdo como un animal contaminado. Tanto Yahvé como Alá prohíben su consumo para millones de judíos y cientos de millones de musulmanes.
Harris expone diversas teorías que explican la prohibición del cerdo, una de las más comunes hasta el Renacimiento era que este animal era visto como sucio por revolcarse en sus propias heces. Sin embargo, el antropólogo considera que esta razón no es suficiente ni segura para justificar por qué los musulmanes y judíos evitan consumir cerdo, ya que otros animales como las vacas también pueden hacer lo mismo en determinadas condiciones.
El cerdo, al no tener la capacidad de sudar, se refresca cubriendo su cuerpo con lodo. En ausencia de este, en un espacio cerrado, puede utilizar sus propias heces para refrescarse. En climas áridos como el de Oriente Medio, la temperatura elevada promueve que el cerdo se ensucie aún más. Esta podría ser una de las razones por las que se prohíbe su consumo. Además, en el siglo XIII, el influyente médico y teólogo judío Maimónides también respalda esta prohibición, argumentando razones de salud pública.
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Origen de la prohibición del cerdo en judaísmo y islam
Los seguidores del Islam se esfuerzan por evitar por completo la ingesta de carne de cerdo, incluso si se sirve con el mismo utensilio. Esta prohibición es tomada con gran seriedad, pero ¿por qué los musulmanes evitan el cerdo?
El Islam es una forma de vida completa que no solo atiende a aspectos espirituales, como la oración, la peregrinación y la caridad, sino también a las actividades diarias, incluyendo la alimentación.
Para los musulmanes, no se trata solo de mantener un alma sana, sino también un cuerpo sano. La creencia es simple: si se consumen alimentos buenos y puros, se promueve una buena salud. Por el contrario, la ingesta de alimentos que contengan toxinas puede resultar en problemas de salud no deseados.
La influencia ecológica en la toma de decisiones
Para el experto en antropología, la explicación más lógica sobre la prohibición de comida de cerdo entre judíos y musulmanes está relacionada con el aspecto ecológico. Según Harris, esta restricción surgió debido a que la cría de cerdos representaba una amenaza para la integridad de los ecosistemas naturales y culturales en Oriente Medio. Estas zonas áridas eran más propicias para la crianza de rumiantes como vacas, ovejas y cabras. El cerdo, en cambio, requería más espacio y agua, no producía leche ni pieles, y su alimentación era similar a la del ser humano. Este hecho lo convirtió en un inconveniente para la subsistencia en aquella región.
De acuerdo con el antropólogo, la tentación de criar cerdos en grandes cantidades era mayor, lo que dificultaba su adaptación al medio ambiente. Por lo tanto, prohibir su consumo por completo resultaba más beneficioso. Este es uno de los motivos por los que se mantiene vigente en la actualidad.
¿Pero por qué ha perdurado esta restricción a lo largo del tiempo? Harris sostiene en su libro Vacas, cerdos, guerras y brujas que los tabúes también cumplen un papel social de identidad y pertenencia a una comunidad. Es decir, estas antiguas normas dietéticas funcionaban para distinguir al grupo y mantener su unidad.
Prohibido comer cerdo
Si les presentáramos a los judíos un plato de jamón, mariscos o un entrecot al roquefort, su reacción sería de horror. Lo mismo ocurriría si intentáramos ofrecerles carne de caballo, ya que para ellos, al igual que para los norteamericanos, esto es impensable debido a razones tanto religiosas como culturales.
La ley divina que prohíbe el consumo de cerdo puede resultar sorprendente si consideramos que, según la sabiduría popular, este animal es tan versátil que se aprovecha todo. A pesar de eso, durante miles de años, los rabinos han dado diversas justificaciones a las leyes alimentarias, cada una más ingeniosa que la anterior. Por ejemplo, el filósofo Aristea argumentaba en el siglo I a.C. que estas leyes tenían un fin ético, ya que al abstenerse de comer carne y sangre, el ser humano podía dominar su instinto violento. Además, la prohibición de consumir aves de presa servía para demostrar que el hombre no debe atacar a sus propios semejantes.
Isaac Ben Moses Arama, por su parte, sostenía que las prohibiciones dietéticas no tienen como objetivo evitar daños físicos, sino proteger el alma de la contaminación y la turbación que causan estos alimentos. Y Maimónides, uno de los más influyentes teólogos judíos, escribió que la razón detrás de la prohibición del consumo de cerdo radica en los hábitos y la alimentación sucia de este animal.
Incluso en la actualidad, muchos judíos consideran que estas leyes se promulgaron como una medida de salud pública para prevenir enfermedades como la triquinosis. Sea cual sea su origen, la prohibición de comer cerdo sigue siendo una importante parte de la tradición y la identidad judía.