palacio de versalles habitacion del rey

Palacio De Versalles Habitacion Del Rey

Una vez que los turistas hayan disfrutado de la impresionante Galería de los Espejos, podrán adentrarse en la Cámara del Rey, un destacado espacio del castillo que se encuentra en el centro de los aposentos privados del monarca. Este conjunto de habitaciones cuenta con una lujosa decoración y sus paredes están repletas de relatos históricos.

La Corte del Rey en Versalles El epicentro de todas las autoridades

Lugar de ceremonias

La Cámara del Rey no es solo un espacio de descanso, sino un lugar de gran importancia en el palacio. Aquí se celebran las ceremonias más destacadas de la vida del monarca. Todos los días, el rey recibe la ceremonia del Lever (despertar) y del Coucher (hora de dormir), acompañado por su corte. También disfruta de una de sus comidas diarias, el Petit Couvert, en esta habitación. Asistir a estas ceremonias y estar presente en la Cámara del Rey en Versalles son privilegios muy valorados por los poderosos y miembros de la alta sociedad.

Etiqueta real

Conforme a las normas de etiqueta, la reina no puede entrar en la Cámara del Rey. Es él quien la visita en sus aposentos adyacentes.

El elemento principal de la cámara real

La majestuosa Cámara del Rey, ubicada en los aposentos reales, es el corazón de este palacio. Su entrada se encuentra en el Salón del ojo de buey, una antecámara que funciona como sala de espera para importantes ceremonias como el Lever y el Coucher del rey.

Desde la Cámara del Rey, es posible acceder al Gabinete del Consejo, un espacio donde el monarca lleva a cabo sus labores y se reúne con sus ministros. Este lugar es de gran importancia ya que en él se toman decisiones que afectan al reino y a su pueblo.

Con una decoración imponente y lujosa, la Cámara del Rey demuestra la grandeza y poder del monarca. En ella, se celebran reuniones de gran relevancia y se toman decisiones que marcan el destino del reino.

El Salón del ojo de buey, con sus altas y elegantes columnas, es el primer paso hacia la Cámara del Rey, y a su vez, hacia el Gabinete del Consejo. Este espacio sirve como antesala de las ceremonias más importantes de la realeza y como punto de encuentro para los visitantes del rey.

Sin duda, un lugar de gran importancia en el palacio real.

El Salón Real de Versalles un reflejo de la historia en sus paredes

En este emblemático lugar, durante el reinado de Luis XIV, los espacios privados del monarca experimentaron múltiples cambios y adaptaciones a su agitada vida. Aquí mismo, el Rey Sol exhaló su último suspiro el 1 de septiembre de 1715, a la edad de 77 años.

En el siglo XVIII, la Sala del Rey fue ocupada por sus sucesores, Luis XV y XVI, pero la encontraron demasiado fría para su gusto y optaron por dormir en una habitación cercana, más pequeña y acogedora. Sin embargo, reservaron la Cámara del Rey para ceremonias como el amanecer y el atardecer. Fue en esta habitación donde el 6 de octubre de 1789 la familia real se vio obligada a abandonarla durante la famosa marcha de las mujeres sobre Versalles.

La Cámara del Rey en Versalles, así como los pasillos que la rodean, atrapan dentro de sus muros las más fascinantes historias que han influido en el destino de Francia. La visita a este lugar emblemático está incluida dentro del recorrido por los Grandes Aposentos, y se accede a ella a través de la deslumbrante Galería de los Espejos.

Recámaras en la Residencia Real de Versalles

El majestuoso Palacio de Versalles cuenta con varios dormitorios, pero sin lugar a dudas, el más imponente de todos es la habitación del rey. Esta magnífica estancia fue ideada en el siglo XVII por el arquitecto Jules Hardouin-Mansart y el decorador Charles Le Brun.

Con una extensión de 350 metros cuadrados, la habitación del rey es una de las más amplias del palacio. Ubicada en el corazón del ala del monarca, cuenta con amplios ventanales que ofrecen vistas al deslumbrante jardín. El techo está adornado con magníficos frescos que reflejan el esplendor de la monarquía francesa.

El mobiliario de esta habitación es sencillamente impresionante. Destaca, entre todo, la imponente cama, ubicada en el centro de la estancia y adornada con un dosel de terciopelo rojo bordado en oro. La cama está rodeada por exquisitas cortinas de seda y encaje, y cuenta con una gran cantidad de elegantes cojines y almohadas. Además, se pueden apreciar una majestuosa chimenea de mármol, una elegante mesa de escritorio, una cómoda y varios lujosos sillones y sofás.

Crónica del Castillo de Versalles

El imponente Palacio de Versalles fue erigido por el famoso Luis XIV, conocido como el Rey Sol, quien decidió convertir una zona pantanosa en una magnífica residencia real en el año 1624. Sin embargo, probablemente nunca imaginó que su idea tendría tal alcance. Para el monarca, el Palacio era un reflejo de su merecido lujo, ya que siempre creyó que debía tener todo lo mejor. Además, era una forma de demostrar su poder absoluto. De hecho, Luis XIV fue un gobernante tan poderoso que su apodo, el "Rey Sol", hacía referencia al astro más brillante y poderoso del universo.

Este grandioso Palacio también tenía un propósito más estratégico: mantener bajo control a la nobleza y a los cortesanos que rodeaban al rey. Esta necesidad surgió en 1648, cuando en Francia estalló la rebelión conocida como la Froda. Luis XIV, que entonces tenía solo 10 años, aprendió dos lecciones fundamentales que nunca olvidaría: París no era un lugar seguro para la realeza y la nobleza era un peligro aún mayor. Así pues, Versalles se convirtió en el símbolo más representativo del absolutismo monárquico.

En este majestuoso Palacio, las normas eran dictadas por el rey, las necesidades eran las suyas y la ostentación de riqueza no era más que una demostración de su gran poder y posición en la sociedad. El rey estaba por encima de todos y, en realidad, estaba fuera del alcance de cualquiera. Versalles fungió como una especie de prisión en la cual Luis XIV intentaba controlar cualquier amenaza o traición. A pesar de cualquier acto que pudiera cometer, el reinado del "Rey Sol" duró 70 años sin que nadie se atreviera a rebelarse en su contra, lo cual demuestra su extraordinario poder y control absoluto.

Diseño y Construcción del Palacio de Versalles

Si hay un lugar que refleja a la perfección el esplendor del barroco francés, ese es sin duda el Palacio de Versalles, donde reinaron Luis XIV y María Antonieta de Austria. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, este conjunto arquitectónico lleva impreso el nombre de los famosos diseñadores Louis Le Van y Jules Hardouin Mansort. Además, los maravillosos jardines, una parte esencial del conjunto, fueron diseñados por el reconocido paisajista Andre Le Notre.

En total, el conjunto se compone de tres palacios, un impresionante jardín y un extenso parque. Aunque los fondos económicos siempre estuvieron al servicio de la propiedad y no hubo obstáculos en este sentido, la construcción del palacio no estuvo libre de dificultades. El terreno era pantanoso y suelo debía ser drenado con la ayuda de los mejores ingenieros de Francia. Asimismo, se tuvo que talar gran parte del bosque para crear el jardín y desviar el agua del Sena para formar el magnífico lago artificial y abastecer el invernadero.

La riqueza y el poder del Rey Sol se pueden apreciar en cada rincón del Palacio de Versalles, donde se utilizaron materiales como mármol, piedra, bronce, oro, diamantes y las mejores maderas disponibles. El eje longitudinal del conjunto está marcado por el patio central, desde donde se organiza toda la estructura. El palacio fue la primera construcción y a partir de él se continuó añadiendo hasta dar lugar a una verdadera ciudad dentro de otra. En su arquitectura, también se pueden apreciar elementos del clasicismo francés, con un orden y proporciones que muestran la grandeza y armonía de este lugar.

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