Esquí alpino

Descubre el esquí alpino: disciplinas, material y reglas

El nombre del esquí alpino proviene de su lugar de nacimiento y es también conocido como esquí de velocidad. Esta técnica es una de las más famosas en la competición de esquí y una de las más populares en los deportes de invierno.

La ruta de carreras en la montaña para esquiadores alpinos

Durante las competiciones, es esencial que la pista sea homologada por la FIS (Federación Internacional de Esquí). Esto indica que debe estar adecuadamente señalada, ya que los esquiadores pueden alcanzar velocidades de hasta 165 km/h y cualquier obstáculo fuera de lugar puede resultar letal.

Otro aspecto vital es la calidad de la nieve, que debe ser dura y compacta. En caso de que las condiciones naturales no sean las adecuadas, se utilizan sustancias químicas para lograr que esté en perfectas condiciones antes de la competencia.

Especialidades del esquí alpino

El esquí, al igual que otras modalidades deportivas, requiere de una buena condición física y habilidades específicas para cada una de sus disciplinas.

Una de las especialidades más populares en la Copa del Mundo es el descenso, que consiste en bajar por una montaña nevada en el menor tiempo posible.

Los participantes en esta prueba deben recorrer una pista con un promedio de duración entre 1 minuto y medio y dos minutos y medio para lograr obtener el mejor tiempo posible.

Para prepararse adecuadamente, los esquiadores realizan tres días de entrenamiento. El primero se dedica a estudiar y recorrer la pista, mientras que en el segundo día hacen un descenso de práctica para aumentar la velocidad y mejorar sus tiempos. El tercer y último día se dedica a la competición oficial.

Categorías

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Clasificación de las tablas de snowboard

Las definiciones de las categorías en el mundo del esquí pueden ser confusas, ya que a veces un esquí de pista puede parecer similar a un esquí All Mountain o un All Mountain puede parecer un Freeride. Y no solo eso, también hay que tener en cuenta que estas categorías han ido cambiando con el tiempo. Por ejemplo, llamar "freeride" al esquí fuera de pista es algo relativamente nuevo, y hace poco nos despertamos con la sorpresa de que ahora se llaman "All Mountain".

A pesar de todas estas variaciones en las categorías, vamos a intentar desglosar cada una de ellas para que puedas tomar la mejor decisión al elegir tus esquís. ¡Continuemos!

MODALIDADES OLÍMPICAS

En los Juegos Olímpicos, habrá 11 pruebas que otorgarán medallas: eslalon, eslalon gigante, Super-G, descenso y combinada tanto en categoría masculina como femenina, además de una competición de equipos mixtos. Lo que diferencia a estas modalidades de otras del esquí es que los esquiadores utilizan una fijación rígida del pie al esquí en el talón, lo que les permite ejercer mayor fuerza con el tobillo. En todas las pruebas, se corre contra el tiempo.

Los elementos necesarios para disfrutar del esquí alpino

El equipo que se utiliza en esta modalidad es muy similar al de otras, pero presenta diferencias notables en cuanto a materiales, prestaciones y rendimiento, lo que permite alcanzar una velocidad elevada durante el descenso.

Los esquís, por ejemplo, son más cortos y anchos en comparación con los utilizados en otras modalidades de fondo. Esto se debe a que su objetivo es ser lo más aerodinámicos posibles, manteniendo a la vez la estabilidad y el control en el giro. Si quieres saber cómo elegir los esquís adecuados, puedes consultar nuestra guía sobre esquí alpino.

Las botas, fabricadas con los últimos materiales plásticos especiales, suelen tener una mayor dureza que las utilizadas en otras disciplinas. Esto se debe a que su objetivo principal es lograr una excelente conexión entre el esquiador y los esquís, y soportar altas velocidades. Además, los mecanismos de las fijaciones ofrecen flexibilidad y seguridad, ya que en caso de una caída, se sueltan permitiendo que la bota se desprenda fácilmente.

EsquÃs de pista

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Race Carvers: es una variante de los esquís de competición de Gigante y están diseñados para giros medios y largos. Son ideales para aquellos que buscan experimentar las mismas sensaciones que los esquiadores profesionales en sus curvas de GS. Sin embargo, con radios de giro más reducidos, son más accesibles para los esquiadores comunes y así poder compartir la pista con otros esquiadores.

< strong> SL (slalom): es la opción preferida de los amantes de giros cortos debido a su gran agarre en pendientes y nieves duras, y su radio de giro más reducido (alrededor de 12 metros).

Al observar los esquí SL o Race Carvers actuales, es evidente que esta categoría ha tenido pocos cambios en los últimos tiempos. Sin embargo, también se ha visto afectada por la inclusión del rocker, que promete hacer más fácil la transición entre giros.

En cuanto a la geometría y el rendimiento, puede resultar difícil distinguir entre un esquí Race y uno de alta gama de pista. Pero lo que sí los hace inconfundibles son los colores y diseños que hacen alusión a la Copa del Mundo en la que están inspirados.

DISPOSICIONES Y COMPOSICIÓN PARA PRACTICAR ESQUÍ ALPINO

Modalidades del esquí alpino

Las pruebas del esquí alpino se dividen en dos categorías: eventos de velocidad (descenso y Super-G) y eventos técnicos (gigante y eslalon). Además, existe la combinada, que consiste en la suma de los tiempos de dos carreras: descenso y eslalon. Y por último, el evento por equipos mixtos que incluye varias modalidades anteriores. En todas ellas, el objetivo es obtener el menor tiempo en recorrer el circuito.

Las 'puertas' en el esquí alpino

Uno de los elementos más importantes en el esquí alpino son las 'puertas', que son banderines que marcan la dirección en la que los esquiadores deben realizar los giros. A medida que las pruebas se vuelven más técnicas, la velocidad se reduce y los giros se vuelven más cerrados y frecuentes.

Descenso

Formato de la prueba

La prueba de descenso en el esquí alpino se realiza en una sola manga, aunque hay tres días de entrenamiento oficial. El recorrido se lleva a cabo en pistas con una pendiente entre el 15% y el 30%. Durante la carrera, los esquiadores pueden alcanzar velocidades que superan los 100 kilómetros por hora, e incluso llegar a los 150 kilómetros por hora. Los giros suelen ser de amplio radio y el recorrido está marcado con pintura biodegradable de color azul para que sea visible en todas las condiciones de luz.

Equipamiento

Para el descenso, es obligatorio el uso de un casco. Además, los esquís deben tener una longitud mínima de 215 cm para hombres y 210 cm para mujeres, y un máximo de 225 cm, y permitir un radio de giro de al menos 45 metros. Los bastones utilizados suelen ser curvos para ayudar a mantener una postura aerodinámica.

TÉCNICA DEL ESQUÍ ALPINO

La práctica del esquí cuenta con una amplia gama de modalidades, que se distinguen por sus propias técnicas y características. Sin embargo, todas comparten un elemento esencial: la necesidad de realizar cambios de dirección a lo largo del recorrido. Para ello, es imprescindible contar con unas adecuadas botas y fijaciones, que proporcionen estabilidad y control durante la bajada.

Las botas utilizadas en el esquí presentan una estructura rígida y una suela plana, que permiten al esquiador mantener una correcta postura y movilidad. Por su parte, las fijaciones sujetan también el talón, a diferencia de lo que ocurre en las disciplinas nórdicas. Asimismo, los esquís empleados son más anchos y cortos que los utilizados en el esquí de fondo, lo que facilita la realización de giros y maniobras en descenso.

Además, durante la práctica del esquí, es común realizar saltos y acrobacias, que añaden un componente de espectacularidad al deporte. Durante estos saltos, el esquiador adopta una posición conocida como 'huevo', que le permite mantener el equilibrio y realizar movimientos precisos en el aire.

HISTORIA DEL ESQUÍ ALPINO

El esquí alpino, como lo conocemos hoy en día, tuvo sus primeras competiciones en Noruega. Sin embargo, su evolución se dio gracias a la invención de la fijación del talón por Mathias Zdarsky en 1895. A lo largo de las primeras décadas del siglo XX, se fueron desarrollando las distintas modalidades de este deporte.

A pesar de su creciente popularidad, el esquí alpino no fue incluido en los primeros Juegos Olímpicos de Invierno en 1924. Sin embargo, en 1931 se celebraron los primeros campeonatos del mundo, donde se incluyó la competición femenina desde el inicio. Esto impulsó la entrada del esquí alpino en los Juegos Olímpicos en 1936, en Garmisch-Partenkischen, con una combinada para ambos géneros.

Desde entonces, la historia del esquí alpino ha sido una de constante evolución y crecimiento. En la actualidad, sigue siendo uno de los deportes más populares en los Juegos Olímpicos de Invierno, demostrando la importancia de su invención y desarrollo en Noruega.

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